Es 10 de mayo, el dìa en que se celebra a todas las madres en Mèxico. Comprè un regalo bastante sencillo para mi mamà mientras estuve en Acapulco este fin de semana (eso es historia de otro post que planeo quede listo pronto), nada en lo que me haya esforzado demasiado, y lo hice màs por seguir la costumbre que porque realmente me naciera.
Esto no significa que no quiera a mi madre, es solo que veo a las personas alborotadas casi con la misma intensidad que en Navidad o Año Nuevo corriendo a buscar un obsequio para sus progenitoras y no puedo evitar pensar en cuàntas cosas intentamos compensar al darles un regalo un dìa al año. ¿Què pasa con el resto de los dìas, esos dìas en que estamos demasiado ocupados con el trabajo, el stress, nuestras parejas, amigos, cualquier trivialidad que nos parezca màs importante que la persona que nos trajo a este desmadre llamado mundo?
Personalmente me considero un mal imitador del devoto ir y venir emocional de todos los demàs en este dìa. Mi madre y yo solemos tener màs roces de los que quisièramos porque ambos traemos un caràcter de la chingada, somos explosivos y catàrticos, en màs de una ocasiòn hemos empezado hablando del tema que usted guste y mande e irremediablemente salen a la luz los reclamos de toda la vida (los cuales no mencionarè aquì porque hoy no he venido a confesar todas mis pendejadas) a manera de cìrculo vicioso que se convierte en un conversar-discutir-vàmonosalachingada-nosperdonamosporquenosqueremos. Esta ùltima es mi parte favorita porque sè que aunque en ocasiones sea una completa mierda de hijo, ella siempre va a estar para consolarme cuando sienta que me lleva la chingada; por ejemplo, hace poco estuve a punto de soltarme a llorar y maldecir (creo que era un lunes por la mañana que sentì que la carga de trabajo estaba demasiado cabrona), instintivamente la busquè antes de irme a trabajar, la abracè, le contè còmo me sentìa, me dijo que yo podìa con lo que fuera usando su caracterìstico tono de voz duro y firme y me fui a trabajar con un nudo en la garganta, màs por el impacto de haber abrazado a mi madre y recibido esas palabras que por el stress que ya no parecìa tan agobiante como al principio. En otra ocasiòn un dolor de muela me hizo despertar a las 3 de la mañana y despuès de fumar, intentar dormir en las posiciones màs extrañas y descartar la idea de estrellar la cabeza contra la pared para desmayarme y no sentir màs dolor, terminè por tocar a la puerta de su recàmara para que me diera una pastilla que no me sirviò, pero el saber que mi mamà me cuidaba me hizo sentir un poco menos miserable. Lo mismo pasò un dìa que regresè de la oficina con las amìgdalas inflamadìsimas para que me recetara algo (olvidè mencionar que ella es enfermera retirada), y asì podrìa citar cientos de ejemplos que mi memoria cansada no puede traerme a primera fila en este momento.
Nuestra relaciòn nunca ha sido precisamente la màs cordial, pero ùltimamente traigo un inusual mood conciliador. El parteaguas, admito no sin avergonzarme, fue ver la manera en que mi mujer se lleva con mi suegra; la armonìa y comunicaciòn que hay entre ellas me sacudiò y me hizo pensar en los pinchemil motivos por los que mi madre y yo no tenemos una relaciòn asì, me hizo pensar tambièn en lo egoìsta que puedo llegar a ser, en lo fàcil que es para mi levantarme de la cama y tener ropa limpia y planchada en el closet, tuppers en el refri con la comida que ella me puso para llevar a la oficina (y que a veces, por no ser de mi mamòn agrado, no llevo o intercambio con mis compañeros), un licuado en la mesa para que no me vaya cagando de hambre en el camino y comida lista en la noche por si llego con hambre. ¿Y què le doy yo a cambio? dinero para ayudar en los gastos de la casa, la satisfacciòn de ver que su hijo mayor ya no es un alcohòlico agresivo/depresivo (cosa que es, de entrada, mi deber y no una hazaña), un poco de compañìa cuando me digno en hacerme un tiempo de sobra, alguna ayuda en los quehaceres domèsticos y pàrale de contar.
Una cosa es segura: las cosas no pueden seguir asì. Siento cada vez màs cerca el momento de hacer mi vida aparte y definitivamente no quiero una despedida triste o resentida, tampoco quedarme con la sensaciòn como de un hueco en el estòmago recordàndome que pude haber sido mucho màs y no lo fui. Odio la idea de voltear hacia atràs y ver todas mis fallas como hijo opacando los buenos recuerdos que pudiera tener y a los que me aferrarìa para no sentir culpa ni ganas de llorar. Odio aùn màs ser consciente de todo esto, y al mismo tiempo abrazo con sincero arrepentimiento y emociòn el saber que puedo hacer que las cosas sucedan, o mejor dicho cambien. Cada que pienso en este tipo de cosas me viene a la mente esta escena de la pelìcula El zorro y el sabueso (sì, es de Disney, la vi, me gustò y la recomiendo. ¿Algùn problema?):
Pinche nudote en la garganta que me viene cada que veo esta parte (por eso hoy no la vi, nada màs la busquè y la metì directa), me hace pensar que si despedirte cordialmente de alguien a quien amas es doloroso, despedirse con mala actitud debe estar de la real mierda. No lo quiero asì, quiero que si alguien va a llorar sea porque nos vamos a extrañar y no por remordimientos o por hubieras. Un dìa me voy a ir de su casa, y tiempo despuès (espero que sea mucho tiempo despuès) ella me devolverà la cortesìa yèndose del mundo al que me trajo, dejàndome con mi carita de pendejo y pensando "¿por què no hice esto, o aquello otro?". La ùnica manera de evitarlo es haciendo las cosas ya con los mismos huevitos con que enfrento otras metas, darle las flores en vida y no cuando ya no estè (metafòricamente hablando), comprender que su ciclo de vida està en una fase muy distinta a la que rige el mìo; ser màs tolerante, paciente, justo con la persona gracias a la que soy lo que soy (bueno o malo) y a la que le debo hasta el estar aquì escribiendo pendejadas.
Las acciones ya empezaron: no voy a listarlas porque no pretendo que esto parezca una redenciòn/justificaciòn por escrito, simplemente quiero darle seguimiento y sacarme de encima toda la mierda que durante años me ha impedido ser total y abiertamente amoroso con la ùnica persona que me ha amado desde antes de verme a la cara siquiera.
Ayer antes de irme a trabajar regresè de la puerta a la escalera para decirle "te quiero". Hoy saldrè temprano de la oficina para estar con ella buena parte de la tarde, aunque tenga que llevarme la lap a la sala mientras hace sus cosas y yo trabajo; el punto es volver a aprender a estar ahì y disfrutarlo como cuando era un niño.
Now Playing: The blood is love - Queens of the Stone Age
Saludos Enfermos.